Oscar Müller Creel

  • Oscar Müller Creel
    Oscar Müller es Doctor en Derecho y tiene el grado de Maestro en Administración de Justicia y candidato a maestro en periodismo. Es originario de la ciudad de Chihuahua, México. Es colaborador en Radio Claret América de  Chicago Illinois, en temas de Derechos Humanos y Administración de Justicia y sus columnas de opinión se han publicado en el periódico Hoy del grupo Tribune Publishing Company de Chicago Illinois EUA, la cadena noticiosa Hispanic Digital Network de CISION, así como en el Heraldo de Chihuahua del grupo Organización Editorial Mexicana. Ha escrito libros sobre Derechos Humanos y Ética del Abogado, así como artículos científicos en Universidades de México, Colombia y España. Correo: [email protected]
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La Justicia, una serpiente que solo muerde los pies descalzos.

En 1872 el líder anarquista Mijail Bakunin advirtió a Karl Marx de que si los comunistas llegaban al poder serían tan represores como la aristocracia a la que sustituían. (Ken Follet)

    Por Oscar Müller La frase que contiene el título de esta aportación se atribuye a Óscar Arnulfo Romero, religioso y defensor de los Derechos Humanos, quien muriera asesinado mientras oficiaba misa, en El Salvador durante la dictadura de los ochenta. La referencia implica una realidad: en nuestra sociedad moderna basada en una confusión de leyes y procedimientos, el sistema de justicia solo puede estar al alcance de aquellos que tienen la capacidad de pagar un abogado, que conozca todos esos vericuetos en que se convierte el acceder a la justicia. Lo anterior adquiere mayor relevancia en los países como México, en el que la falta de voluntad política para mejorar ese rubro es el factor más común y lo mismo puede afirmarse de la abogacía, área profesional poco y mal regulada, donde la sola obtención de un título universitario presume la cualidad para actuar frente a los diversos sistemas de justicia, sin que exista una abogacía organizada y mucho menos exigencia de capacitación continua y límites éticos a la actuación de los profesionales del ramo. Estas últimas semanas se han presentado en México dos situaciones que nos evidencian estas circunstancias: El primero concierne al empresario Ricardos Salinas Pliego, empresario pudiente y con capacidad económica para acceder a la justicia a través de los abogados más capacitados para eso. Salinas es dueño de empresas que abarcan muchos ramos, principalmente el financiero y el de la comunicación y, ante las autoridades hacendarias, ha utilizado un régimen conocido como consolidación fiscal, que le permite obtener ciertos beneficios que favorecen la salud financiera y por ende la subsistencia y creación de fuentes de empleo e impuestos. Pensemos en un empresario que inicia su empresa con una pequeña tienda de abarrotes, que va creciendo con el tiempo y, a los pocos años, ha abierto varias sucursales; con el fin de ser más eficiente crea otra empresa que se dedica a surtir de mercancía a aquellas, luego el crecimiento le obliga a tener bodegas de distribución por lo que crea una nueva empresa que administra aquella. Cada una de estas empresas tiene que declarar impuestos por separado, pero la salud económica de cada una de ellas puede afectar a las otras y así causar una reacción en cadena que vendría a dar al traste con el conglomerado. Es por esto que los sistemas de impuestos permiten que las empresas afiliadas, como en el ejemplo, puedan pagar sus impuestos en forma consolidada, es decir juntan sus ingresos gravables y de ellos deducen las pérdidas que en forma conjunta tuviesen; esto permite que una forma de conservar la fuente de empleo e impuestos y, en su caso, que esta crezca con la consecuente derrama de riqueza. Entre los años 2010 y 2012, las empresas del señor Salinas utilizaron ese beneficio fiscal, pero las autoridades hacendarias decidieron no hacerlo efectivo en su totalidad y el Grupo Salinas optó por llevar el caso ante el sistema de justicia mexicano, que aún se encuentra sin resolver. El sistema de consolidación fiscal evidentemente no le interesa a un gobierno comunista que desea acabar con la riqueza particular y en el caso de México, cuyo gobierno actual ha sido invadido por esa obsoleta ideología, los empresarios se han visto presionados a través de la fuerza del Estado para que desistan de los casos que tienen ante los tribunales y paguen los impuestos que el gobierno quiere y no necesariamente el que correspondería, conforme a la Ley. El empresario Ricardo Salinas, con valentía, no se ha dejado chantajear por las amenazas del gobierno y ha seguido el caso ante los tribunales; de lo que ha derivado una acción de represalia en su contra. A las empresas Salinas el 2012, le fue concedida la posesión sobre una superficie de aproximadamente 110 hectáreas y en ella se construyó un campo de golf conocido como Tangolunda, la concesión venció el 2022 y deben haberse dado negociaciones para ampliar el plazo de uso; pero el 26 de febrero de este año, dicha zona fue determinada por el Gobierno de López Obrador como zona natural protegida y parte de un Parque Nacional que rodea el área. Salinas ha interpuesto recursos legales contra dicha acción y actualmente se encuentran en trámite. Pero la justicia está mordiendo los pies descalzos de mas de 50 familias, que dependen directamente de la empresa que maneja el campo deportivo; debido al cierre, se han quedado sin fuente de ingresos y la zona turística cercana ha perdido uno de sus principales atractivos, lo que incidirá negativamente en la afluencia de ingresos por esa actividad. El otro caso a que me refería al principio, es lo acontecido en Taxco, Guerrero, un Estado controlado por la delincuencia y con un gobierno afín a Morena, que ha demostrado la ineficiencia común a los izquierdistas que han ascendido al poder en México. El miércoles 27 de marzo, Camila, una niña de 8 años, fue secuestrada y se pidió a los familiares un rescate de 250 mil pesos. En la madrugada fue encontrado el cadáver de la niña, tirado en un camino dentro de una bolsa de plástico junto a su ropa. El día siguiente, a través de videos de cámaras de vigilancia se conoció que unos vecinos a cuya casa había ido a jugar Camila, en la madrugada habían subido a un taxi lo que parecía ser una bolsa negra y ropa. La policía rodeo el domicilio de los sospechosos para evitar que huyeran, esperando que llegara la orden judicial que les permitiera entrar y detener a los sospechosos, pero la fiscalía y los jueces no actuaban y las horas fueron pasando. Los vecinos decidieron tomar la justicia en sus manos y penetraron a la casa de donde sacaron a una mujer y dos varones e iniciaron un linchamiento que terminó con la muerte de ella y fuertes lesiones en los otros, el jefe de policía ha justificado la falta de intervención de los elementos policiales para evitar el linchamiento, argumentando que les habían rociado con gasolina y amenazaban con prenderles fuego. La gobernadora del Estado, la morenista Evelyn Salgado, no dio la cara durante los sucesos y no fue sino hasta el día siguiente que en redes sociales prometió “cero” impunidad en el caso. El linchamiento, que es ya cosa común en México, es la vuelta al sistema de barbarie propio de sociedades primitivas. Ante la serpiente que muerde los pies descalzos, la victima decidió pisar la cabeza de esta. Cuantas cosas hay que cambiar en el sistema de justicia mexicano, pero esto requiere de decisión y voluntad para hacerlo y esta voluntad no surge de una política de brazos cruzados y mucho menos de otra de abrazos y no balazos, una actitud comodina que solo beneficia a los delincuentes y perjudica al ciudadano de a píe que tiene que ganarse el sustento con trabajo diario y honrado. El domingo dos de junio, se van a llevar a cabo elecciones en México. Tú participación es muy importante, pues la democracia se construye con un voto a la vez y es la herramienta con la que contamos para lograr un mejor México. Nuestros paisanos en el extranjero tienen ahora una gran decisión para lograr que quienes continuamos nuestro país podamos ir reconstruyendo la gran nación que hemos heredado.